Límite natural

Desde una mirada plena es sano poner límites. 

Nos fusionamos tanto con las situaciones externas que olvidamos quienes somos.

Cada vez hay más adultos que reconocen que armaron una vida siguiendo un esquema de lo que tenía que ser pero se olvidaron de hacer lo que aman. 

Y suena mi alarma... Quiero verme a mi misma. Saber quien soy y poner un límite a la gente que me rodea para no dar pasos que no tengan que ver con lo que yo SOY.

Desde esos límites se preserva la energía de uno. 

La energía creativa... Porque si nos ponemos a pensar, al reconocer ese campo de energía vamos a trabajar para mantenerlo fuerte sano y brillante. 

Nos amamos a nosotros mismos. 

Ese amor genera seguridad, esa seguridad convicción, esa convicción voluntad, esa voluntad iniciativa, esa iniciativa acción y esa acción lleva al HECHO. Y así nos convertimos en magos. Creando la vida que queremos.

Ese límite no quiere de decir que estemos separados del resto. También creo que estamos todos conectados. Que somos una secuencia de causalidades. 

Pero si creamos desde nuestro SER, desarrollamos la capacidad de desapego. De comprender que somos parte de un todo y que a la vez nada nos pertenece. 

Y así vamos aceptando lo que pasa soltando y eligiendo como accionar desde una energía propia. Que si la alimentamos con amor, reconociéndonos a cada momento, siempre va a ser para evolucionar.